martes, 24 de marzo de 2015

Aves Azulejo

Cuando la piel hace eco de lo que acontece en el alma. Cuando las palabras no alcanzan o sobran; la libertad se asoma, colorida y radiante. El amor surge en forma de vuelo, esplendido y fugaz. La felicidad resplandece, escurridiza y burlona. Todas las piezas de la vida, de mi vida, se acomodan, haciéndome sentir la liviandad de quien no espera nada más que lo que tiene, aunque siempre está con los brazos abiertos para recibir y percibir la belleza, la bondad, las lecciones, los golpes con moraleja; y con la mente abierta para entender la complejidad de la simpleza.
La amistad, la familia, la música; los pilares que me elevan sin hacerme olvidar de mis raíces. Escribir, soñar, amar; las acciones que me motivan, me sanan, me reconfortan. La entrega, la dedicación, el esfuerzo; mis maneras de despegar vuelo. Yo vuelo con y por todo ello. Cada vez más alto. Lo que quiero me sonríe, pero me dice que no va a ser tan fácil de alcanzar. El desafío me ilumina, saca lo mejor de mí, y me imagino como un refulgente ave azulejo.

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